jueves, 10 de septiembre de 2015

pedagogía de la pregunta de JESÚS

¿Qué es la pedagogía de la pregunta?
 
De todas las técnicas utilizadas por Jesús en esta presentación nos limitaremos a la pedagogía de la pregunta. La pregunta es una técnica muy apropiada para la enseñanza religiosa a todos los niveles. En la educación religiosa cristiana el hacer preguntas debe verse como una de las mejores herramientas para lograr una pedagogía transformadora.
 
S.G. Fortoris nos dice que la importancia de la pregunta consiste en que ella estimula el pensamiento fructífero. La pregunta ayuda a clarificar los pensamientos, particularmente cuando éstas son bien planificadas y dirigidas. Esta lleva a la reflexión profunda y al análisis. La pregunta es tan importante en la educación que no podemos afirmar que el/la maestro/a que domina la técnica de la pregunta domina bien el arte de la enseñanza.
 
En la educación religiosa las preguntas pueden utilizarse para dirigir a los/as estudiantes a modificar sus comportamientos y actitudes. Las preguntas invitan a que éstos confronten por sí mismos sus situaciones frente a las demandas del evangelio, de tal manera que lleguen a sus propias conclusiones. El enseñar la fe no es meramente una actividad intelectual, sino también una que envuelve los sentimientos y la voluntad. De eso es que trata la educación religiosa cristiana, de formar hombres y mujeres con un profundo carácter cristiano.
 
La técnica de la pregunta es empleada con frecuencia en nuestras prácticas educativas, pero no siempre de la mejor manera, ni produciendo los resultados deseados. Ya que las preguntas no provocan efectos por el sólo hecho de decirlas, éstas deben ser dirigidas con propósitos claros y definidos.
 
Lo que nos invita a evaluar: ¿cómo hacemos preguntas? ¿Qué clases de preguntas exponemos? ¿Hacia quién(es) van dirigidas? ¿Qué finalidad persiguen? ¿Cómo éstas corroboran el aprendizaje?
 
¿Por qué Jesús enfatizó esta técnica?
 
Jesús enseñaba el mensaje del Reino. Él quería confrontar al pueblo hebreo con su tradición religiosa con el deseo de que éstos entendieran lo que realmente significa conocer a Dios. El interés primordial de Jesús fue el de estimular el pensamiento profundo y reflexivo con relación a las verdades que presentaba. Toda persona que escuchaba seriamente lo que Jesús decía era movida a hacer un análisis profundo en su interior. Jesús vino a impartir una enseñanza provocadora. Una enseñanza que se encarnaba en la vida real de sus discípulos y produjera cambios.
 
Esta manera de Jesús de enseñar contrasta mucho con los estilos pedagógicos que se dan en muchas de nuestras iglesias. La sociedad en general, así como la iglesia, se han convertido en lugares de pensantes uniformes y de opiniones acomodadas. Evadimos el cuestionar las implicaciones de las enseñanzas de Jesús con toda su profundidad y trascendencia. Nos conformamos con decir que para El Maestro, todo es posible. Que la oración es la respuesta para resolver nuestros problemas, sin afirmar la necesidad de un compromiso más concreto con nuestra comunidad.
 
F. F. Bruce en su libro The Hard Sayings of Jesús, nos dice que una de las razones por las cuales las personas encuentran difíciles y complejos los dichos de Jesús es porque no les gusta pensar. Según Bruce para algunas personas el pensamiento es un ejercicio dificultoso e incómodo, especialmente cuando éste envuelve la apreciación crítica de prejuicios y de convicciones bien arraigadas o cuando el reflexionar reta las opiniones prevalecientes aceptadas por la sociedad.
 
El "hacer pensar" a nuestros discípulos debe ser uno de nuestros propósitos al educar. Pues la fe que no resiste el cuestionamiento, ¿qué clase de fe es?.
 
La pedagogía de la pregunta nos puede ilustrar la manera de hacer preguntas, ya que el Maestro las utilizó de una manera única. Vemos a Jesús empleando esta técnica en innumerables pasajes en los evangelios ya sea sola o en combinación con muchos de los métodos de enseñanza antes mencionados. La pregunta se convirtió para Jesús en una chispa que inició la conversación y el diálogo. Fue como el motor generador para una discusión más amplia.
 
¿Cómo eran las preguntas de Jesús? ¿Cuáles eran sus propósitos?
 
Las preguntas que Jesús hizo fueron de toda clase. Estas fueron directas e indirectas. Fueron hechas a varios niveles, buscando que los discípulos alcanzaran un mayor entendimiento de la fe. Jesús como buen pedagogo no sólo respondió a su nivel intelectual, sino también a la situación particular en la cual se encontraban. Jesús hizo muchas más preguntas que las que contestó, y en ocasiones contestó una pregunta con otra pregunta.
 
También provocó en los discípulos el hacer preguntas. En su búsqueda de la verdad Jesús no tuvo temor al cuestionamiento.
 
Los propósitos de Jesús al hacer preguntas fueron muy variados. Están desde los más sencillos, hasta los muy complejos. Entre ellos enumeramos los siguientes:
 
1.       Para fomentar el interés o establecer un punto de contacto Jn 4:7; Lc 8:45.
2.       Para iniciar y estimular el pensamiento Lc 9:25; Mt 6:27; Jn 13:12.
3.       Para expresar o verbalizar el proceso de razonamiento Mc 10:18; Mt 20:22.
4.       Para probar el compromiso así como el entendimiento espiritual Jn 6:1-7.
5.       Para ayudar a los discípulos a aplicar la verdad Lc 10:36; Jn 13:12.
6.       Para emplear la disputa, la argumentación y la lógica Lc 14:5; 13:2; Jn 8:46.
7.       Para reprender o señalar alguna falla espiritual Mr 4:40; Lc 6:46.
8.       Para introducir una enseñanza Mt 6:25; Lc 6:39,41.
 
Las preguntas de Jesús también fueron utilizadas para expresar emoción (Mr 9:19), para recordar lo aprendido (Mr 8:20), para fortalecer la voluntad (Jn 5:6), para contestar otras preguntas (Jn 21:22) y una serie de propósitos que por razones de espacio no mencionamos.
 
Jesús procuró con sus preguntas cultivar una serie de habilidades en sus discípulos. Él quería motivar el pensamiento claro y dirigirlo. Llevar a la reflexión, pues le interesaba modificar actitudes y romper prejuicios. Las preguntas en Jesús promovieron el diálogo y sobre todo la creatividad. La pregunta en Jesús estimuló el descubrir nuevos senderos y nuevas maneras de ver la vida.
 
Un ejemplo de un interrogatorio fructífero, en donde la pregunta se convirtió en generador de diálogo, es el conocido pasaje de Jesús y la mujer de Samaria, en Jn 4:1-29.
 
Vemos que con una pregunta indirecta: "Dame de beber", Jesús comienza un diálogo transformador. En este pasaje observamos como la discípula hizo más preguntas que El Maestro. Jesús con paciencia fue provocando el preguntar, hasta que la mujer termina el diálogo encontrando por sí misma las respuestas. "Venid y ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo?" (Jn 4:29).
 
Pertinencia de la pedagogía de la pregunta en Jesús
Como hemos visto la pedagogía de la pregunta en Jesús fue muy efectiva y ponerla en práctica podría ayudarnos a mejorar significativamente nuestra educación cristiana. La pedagogía de la pregunta en Jesús habla al contexto social de varias maneras. Pero no para imitar exactamente lo que El Maestro hizo, sino para utilizar todo aquello que sea pertinente y apropiado en nuestra situación particular.
 
La actividad pedagógica de Jesús hay que verla como una que correspondió a un tiempo y circunstancias particulares. Lo importante no es hacer las mismas cosas que Jesús hizo, sino hacer la hermenéutica de esa pedagogía, imitando su dinamismo, viveza y profundidad. No creemos que Jesús utilizaría las mismas técnicas hoy en día, pues él respondió a una experiencia histórica distinta. La técnica de la pregunta y la pedagogía de Jesús en general son una invitación a la creatividad en la educación cristiana. Nos habla de la confianza que debemos tener en nuestros recursos y de lo valioso de la experiencia religiosa popular para llevar a cabo la educación en la iglesia.
Pedagogía y teología
Al hablar de la pedagogía de Jesús y en específico de la pedagogía de la pregunta, concebimos la pedagogía religiosa como actividad teológica. Al Jesús provocar con la pregunta respuestas para la realidad existencial y social de sus discípulos produjo como resultado la reflexión teológica. No sólo la pedagogía de la pregunta nos lleva a cuestionar la fe o motivar el pensamiento crítico, sino también el pensar profundo y sincero sobre nuestra realidad. La pedagogía de la pregunta puede ilustrar de cómo la fe se va formando en procesos vivenciales de comunidades y pueblos que buscan responder a un momento histórico.
 
En mi contexto particular de Puerto Rico se oye hablar de varias corrientes teológicas desde la fundamentalista, una teología pentecostal autóctona, la teología católica, hasta de una teología de la "liberación-descolonizadora". Hablar de todas ellas como "la teología a enseñarse" resulta realmente inútil cuando sabemos que la verdadera teología es la que la gente cree y vive. La pedagogía de la pregunta podría ayudar al teólogo-educador a describir y organizar ese pensar teológico que realmente se tiene. La manera más poderosa en que la ideología dominante funciona es el no permitir que se articulen nuestras vivencias para así poder descifrar nuestra realidad. Queda pues en manos de los/as educadores/as reconocer cuál es realmente su marco de acción y ayudar a sus discípulos a hacer conexiones.
 
El ver la pedagogía como actividad teológica hace que movamos al pueblo a tomar control de su pensar teológico. Pues es el pueblo el que vive la teología. Es quizás el momento en que se imparte la enseñanza religiosa donde mejor se recrea el pensar teológico.
 
Es quizás el momento en que se imparte la enseñanza religiosa donde mejor se recrea el pensar teológico. Ese momento pedagógico de cuestionamiento nos invita principalmente a dos cosas:
 
1)     a examinar la teología académica para ver cómo se relaciona con nuestra vivencia, contexto y realidad,
 
2)     a evaluar nuestras doctrinas, experiencias y prácticas de fe para ver cómo responden al evangelio.
 
La pedagogía de la pregunta en Jesús nos ayudará a ese difícil proceso de descubrir nuestras verdades procurando articular nuestra realidad. Provocar la reflexión de nuestra fe en contexto podría ser muy revelador para elaborar una teología contextualizada que realmente sea producto del pueblo, de su gran fe y de su entendimiento de Dios. Todos nuestros pueblos latinoamericanos tienen sus propios retos los cuales debemos afrontar con determinación.
 
En el campo de lo religioso la pedagogía se convierte en actividad teológica por varias razones. El modelaje es práctica de la fe. La imitación es necesaria en el cristianismo. Decimos que el cristianismo no es una religión sino un estilo de vida. Cómo producir cambios reales en nuestra sociedad si no se internaliza ni se pone en práctica lo que se enseña. Como toda educación que debe llevar a la modificación de la conducta, la educación cristiana es llamada a provocar cambios de actitudes y prejuicios en las personas, y de una manera profunda ya que enseñamos las verdades del evangelio. La pedagogía de Jesús debe ser vista como práctica que modela el vivir, como acción dentro de la realidad, como compromiso solidario con nuestras comunidades.
 


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