¿Qué es la pedagogía de la
pregunta?
De todas las técnicas utilizadas por Jesús en esta presentación nos
limitaremos a la pedagogía de la pregunta. La pregunta es una técnica muy
apropiada para la enseñanza religiosa a todos los niveles. En la educación
religiosa cristiana el hacer preguntas debe verse como una de las mejores
herramientas para lograr una pedagogía transformadora.
S.G. Fortoris nos dice que la importancia de la pregunta consiste en que
ella estimula el pensamiento fructífero. La pregunta ayuda a clarificar los
pensamientos, particularmente cuando éstas son bien planificadas y dirigidas.
Esta lleva a la reflexión profunda y al análisis. La pregunta es tan importante
en la educación que no podemos afirmar que el/la maestro/a que domina la
técnica de la pregunta domina bien el arte de la enseñanza.
En la educación religiosa las preguntas pueden utilizarse para dirigir a
los/as estudiantes a modificar sus comportamientos y actitudes. Las preguntas
invitan a que éstos confronten por sí mismos sus situaciones frente a las demandas
del evangelio, de tal manera que lleguen a sus propias conclusiones. El enseñar
la fe no es meramente una actividad intelectual, sino también una que envuelve
los sentimientos y la voluntad. De eso es que trata la educación religiosa
cristiana, de formar hombres y mujeres con un profundo carácter cristiano.
La técnica de la pregunta es empleada con frecuencia en nuestras prácticas
educativas, pero no siempre de la mejor manera, ni produciendo los resultados
deseados. Ya que las preguntas no provocan efectos por el sólo hecho de
decirlas, éstas deben ser dirigidas con propósitos claros y definidos.
Lo que nos invita a evaluar: ¿cómo hacemos preguntas? ¿Qué clases de
preguntas exponemos? ¿Hacia quién(es) van dirigidas? ¿Qué finalidad persiguen?
¿Cómo éstas corroboran el aprendizaje?
¿Por qué Jesús enfatizó esta
técnica?
Jesús enseñaba el mensaje del Reino. Él quería confrontar al pueblo hebreo
con su tradición religiosa con el deseo de que éstos entendieran lo que
realmente significa conocer a Dios. El interés primordial de Jesús fue el de
estimular el pensamiento profundo y reflexivo con relación a las verdades que
presentaba. Toda persona que escuchaba seriamente lo que Jesús decía era movida
a hacer un análisis profundo en su interior. Jesús vino a impartir una
enseñanza provocadora. Una enseñanza que se encarnaba en la vida real de sus
discípulos y produjera cambios.
Esta manera de Jesús de enseñar contrasta mucho con los estilos pedagógicos
que se dan en muchas de nuestras iglesias. La sociedad en general, así como la
iglesia, se han convertido en lugares de pensantes uniformes y de opiniones
acomodadas. Evadimos el cuestionar las implicaciones de las enseñanzas de Jesús
con toda su profundidad y trascendencia. Nos conformamos con decir que para El
Maestro, todo es posible. Que la oración es la respuesta para resolver nuestros
problemas, sin afirmar la necesidad de un compromiso más concreto con nuestra
comunidad.
F. F. Bruce en su libro The Hard Sayings of Jesús, nos dice que una de las
razones por las cuales las personas encuentran difíciles y complejos los dichos
de Jesús es porque no les gusta pensar. Según Bruce para algunas personas el
pensamiento es un ejercicio dificultoso e incómodo, especialmente cuando éste
envuelve la apreciación crítica de prejuicios y de convicciones bien arraigadas
o cuando el reflexionar reta las opiniones prevalecientes aceptadas por la
sociedad.
El "hacer pensar" a nuestros discípulos debe ser uno de nuestros
propósitos al educar. Pues la fe que no resiste el cuestionamiento, ¿qué clase
de fe es?.
La pedagogía de la pregunta nos puede ilustrar la manera de hacer
preguntas, ya que el Maestro las utilizó de una manera única. Vemos a Jesús
empleando esta técnica en innumerables pasajes en los evangelios ya sea sola o
en combinación con muchos de los métodos de enseñanza antes mencionados. La
pregunta se convirtió para Jesús en una chispa que inició la conversación y el
diálogo. Fue como el motor generador para una discusión más amplia.
¿Cómo eran las preguntas de Jesús? ¿Cuáles eran
sus propósitos?
Las preguntas que Jesús hizo fueron de toda clase. Estas fueron directas e
indirectas. Fueron hechas a varios niveles, buscando que los discípulos
alcanzaran un mayor entendimiento de la fe. Jesús como buen pedagogo no sólo
respondió a su nivel intelectual, sino también a la situación particular en la
cual se encontraban. Jesús hizo muchas más preguntas que las que contestó, y en
ocasiones contestó una pregunta con otra pregunta.
También provocó en los discípulos el hacer preguntas. En su búsqueda de la
verdad Jesús no tuvo temor al cuestionamiento.
Los propósitos de Jesús al hacer preguntas fueron muy variados. Están desde
los más sencillos, hasta los muy complejos. Entre ellos enumeramos los
siguientes:
1.
Para fomentar el interés o establecer un punto de contacto Jn 4:7; Lc 8:45.
2.
Para iniciar y estimular el pensamiento Lc 9:25; Mt 6:27; Jn 13:12.
3.
Para expresar o verbalizar el proceso de razonamiento Mc 10:18; Mt 20:22.
4.
Para probar el compromiso así como el entendimiento espiritual Jn 6:1-7.
5.
Para ayudar a los discípulos a aplicar la verdad Lc 10:36; Jn 13:12.
6.
Para emplear la disputa, la argumentación y la lógica Lc 14:5; 13:2; Jn
8:46.
7.
Para reprender o señalar alguna falla espiritual Mr 4:40; Lc 6:46.
8.
Para introducir una enseñanza Mt 6:25; Lc 6:39,41.
Las preguntas de Jesús también fueron utilizadas para expresar emoción (Mr
9:19), para recordar lo aprendido (Mr 8:20), para fortalecer la voluntad (Jn
5:6), para contestar otras preguntas (Jn 21:22) y una serie de propósitos que
por razones de espacio no mencionamos.
Jesús procuró con sus preguntas cultivar una serie de habilidades en sus
discípulos. Él quería motivar el pensamiento claro y dirigirlo. Llevar a la reflexión,
pues le interesaba modificar actitudes y romper prejuicios. Las preguntas en
Jesús promovieron el diálogo y sobre todo la creatividad. La pregunta en Jesús
estimuló el descubrir nuevos senderos y nuevas maneras de ver la vida.
Un ejemplo de un interrogatorio fructífero, en donde la pregunta se
convirtió en generador de diálogo, es el conocido pasaje de Jesús y la mujer de
Samaria, en Jn 4:1-29.
Vemos que con una pregunta indirecta: "Dame de beber", Jesús
comienza un diálogo transformador. En este pasaje observamos como la discípula
hizo más preguntas que El Maestro. Jesús con paciencia fue provocando el
preguntar, hasta que la mujer termina el diálogo encontrando por sí misma las
respuestas. "Venid y ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho.
¿No será este el Cristo?" (Jn 4:29).
Pertinencia de la pedagogía de la pregunta en
Jesús
Como hemos visto la pedagogía de la pregunta en Jesús fue muy efectiva y
ponerla en práctica podría ayudarnos a mejorar significativamente nuestra educación
cristiana. La pedagogía de la pregunta en Jesús habla al contexto social de
varias maneras. Pero no para imitar exactamente lo que El Maestro hizo, sino
para utilizar todo aquello que sea pertinente y apropiado en nuestra situación
particular.
La actividad pedagógica de Jesús hay que verla como una que correspondió a
un tiempo y circunstancias particulares. Lo importante no es hacer las mismas
cosas que Jesús hizo, sino hacer la hermenéutica de esa pedagogía, imitando su
dinamismo, viveza y profundidad. No creemos que Jesús utilizaría las mismas
técnicas hoy en día, pues él respondió a una experiencia histórica distinta. La
técnica de la pregunta y la pedagogía de Jesús en general son una invitación a
la creatividad en la educación cristiana. Nos habla de la confianza que debemos
tener en nuestros recursos y de lo valioso de la experiencia religiosa popular
para llevar a cabo la educación en la iglesia.
Pedagogía y teología
Al hablar de la pedagogía de Jesús y en específico de la pedagogía de la
pregunta, concebimos la pedagogía religiosa como actividad teológica. Al Jesús
provocar con la pregunta respuestas para la realidad existencial y social de
sus discípulos produjo como resultado la reflexión teológica. No sólo la
pedagogía de la pregunta nos lleva a cuestionar la fe o motivar el pensamiento
crítico, sino también el pensar profundo y sincero sobre nuestra realidad. La
pedagogía de la pregunta puede ilustrar de cómo la fe se va formando en
procesos vivenciales de comunidades y pueblos que buscan responder a un momento
histórico.
En mi contexto particular de Puerto Rico se oye hablar de varias corrientes
teológicas desde la fundamentalista, una teología pentecostal autóctona, la
teología católica, hasta de una teología de la
"liberación-descolonizadora". Hablar de todas ellas como "la
teología a enseñarse" resulta realmente inútil cuando sabemos que la
verdadera teología es la que la gente cree y vive. La pedagogía de la pregunta
podría ayudar al teólogo-educador a describir y organizar ese pensar teológico
que realmente se tiene. La manera más poderosa en que la ideología dominante
funciona es el no permitir que se articulen nuestras vivencias para así poder
descifrar nuestra realidad. Queda pues en manos de los/as educadores/as
reconocer cuál es realmente su marco de acción y ayudar a sus discípulos a
hacer conexiones.
El ver la pedagogía como actividad teológica hace que movamos al pueblo a
tomar control de su pensar teológico. Pues es el pueblo el que vive la
teología. Es quizás el momento en que se imparte la enseñanza religiosa donde
mejor se recrea el pensar teológico.
Es quizás el momento en que se imparte la enseñanza religiosa donde mejor
se recrea el pensar teológico. Ese momento pedagógico de cuestionamiento nos
invita principalmente a dos cosas:
1) a examinar la teología académica para ver cómo
se relaciona con nuestra vivencia, contexto y realidad,
2) a evaluar nuestras doctrinas, experiencias y
prácticas de fe para ver cómo responden al evangelio.
La pedagogía de la pregunta en Jesús nos ayudará a ese difícil proceso de
descubrir nuestras verdades procurando articular nuestra realidad. Provocar la
reflexión de nuestra fe en contexto podría ser muy revelador para elaborar una
teología contextualizada que realmente sea producto del pueblo, de su gran fe y
de su entendimiento de Dios. Todos nuestros pueblos latinoamericanos tienen sus
propios retos los cuales debemos afrontar con determinación.
En el campo de lo religioso la pedagogía se convierte en actividad
teológica por varias razones. El modelaje es práctica de la fe. La imitación es
necesaria en el cristianismo. Decimos que el cristianismo no es una religión
sino un estilo de vida. Cómo producir cambios reales en nuestra sociedad si no
se internaliza ni se pone en práctica lo que se enseña. Como toda educación que
debe llevar a la modificación de la conducta, la educación cristiana es llamada
a provocar cambios de actitudes y prejuicios en las personas, y de una manera
profunda ya que enseñamos las verdades del evangelio. La pedagogía de Jesús
debe ser vista como práctica que modela el vivir, como acción dentro de la
realidad, como compromiso solidario con nuestras comunidades.
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