viernes, 11 de septiembre de 2015

VIRGEN DE COCHARCAS - SAPALLANGA

Fieles recordaron con devoción 50 años de la coronación de la Virgen de Cocharcas.

En  el mismo lugar donde apareció, el arzobispo metropolitano de Huancayo, monseñor Pedro Barreto Jimeno, ofició una misa a la Virgencita de Cocharcas, al celebrarse los 50 de su coronación pontificia como reina del VIII Congreso Eucarístico Nacional realizado en Huancayo en 1965 y patrona del valle del Mantaro.
Cientos de fieles procedentes de diferentes lugares asistieron a esta emotiva recordación, en la que el pastor de la Iglesia en Huancayo destacó la fe mariana de los pobladores de la región central en la advocación de la Mamita de Cocharcas e inició los festejos que continuarán el sábado 5 de setiembre con la peregrinación al santuario mariano y el 8 de setiembre, día central.
Concelebraron los padres Gary Carbajal Huincho, párroco de la parroquia San Pedro de Sapallanga y Ascencio Toledo, quien fue el párroco el año que se coronó a la Virgen.
Algunas personas derramaron lágrimas al saber que el manantial donde fue hallada la Virgen hace más de 300 años sigue igual, con sus aguas cristalinas y, según muchos, milagrosa, por lo que se llevan como agua bendita. Allí, en ese centro poblado de Cocharcas, se ha construido una capilla a la Virgen que es visitada cada año por miles de fieles.
Depués de la misa se llevó a cabo la peregrinación con la sagrada imagen, entre cantos de los niños "Callachaquis", hasta el santuario mariano de Sapallanga, donde el padre Ascencio Toledo dio su testimonio de cómo fue la coronación de la Virgen, hace 50 años. Relató que la solicitud fue hecha por los pobladores sabiendo que en Huancayo se iba a realizar un Congreso Eucarístico.
El portavoz de esta inquietud fue el obispo de entonces, monseñor Mariano Jacinto Valdivia y Ortíz quien dirigió un carta al Vaticano, al papa PauloVII, recibiendo la aprobación en medio de gran alegría que fue compartida por más de cien mil personas que asistieron a ese Congreso.
El padre Toledo contó que la corona fue donada por Leoncio Gutarra Cárdenas, uno de los hijos del pueblo y el anda fue un aporte de Silvestre Cueto, los mismos que se guardan como reliquias. La coronación estuvo a cargo del legado papal al Congreso Cardenal Juan Landázuri Ricketts.
Agregó que desde entonces, la ciudad de Huancayo y el valle del Mantaro ha recibido muchas bendiciones, prácticamente, se iniciaron grandes obras en Huancayo, el mundo vio a Huancayo como una ciudad próspera y el Gobierno destinó partidas para su desarrollo. Uno de los devotos fue precisamente el senador Ramiro Prialé Prialé, quien ejecutó la ley 14700 con la que se hicieron realidad muchos proyectos en la ciudad y los pueblos.

Estos actos terminaron nuevamente con la coronación de la Virgen, esta vez por el padre Toledo en gratitud a sus años de servicios a la Iglesia en Huancayo y porque constituye una historia viviente de la fe en la región central del Perú.


La Fiesta de la Virgen de Cocharcas es una celebración cristiana en conmemoración a la Virgen María que tiene como día principal el 8 de septiembre y se realiza en el distrito de Sapallanga, en la provincia de Huancayo, así como diversos distritos de la margen derecha de la Carretera Central, entre ellos Orcotuna, Marcatuna y Sicaya.
Se trata de una fiesta que congrega a miles de personas y en la que es posible apreciar diversas expresiones culturales de larga tradición que se transmiten de generación en generación. Es considerada una de las fiestas más importantes de todo el valle del Mantaro.
Desde la Colonia, la influencia cristiana europea en la religiosidad andina se vio marcada por el mestizaje. El santoral traído por los españoles fue reinterpretado y sincretizado por la población local; de este modo, la relación entre la imagen de la Virgen María, madre de Jesús de Nazaret, y la Pachamama o Madre Tierra es una constante en las varias tradiciones en el mundo andino.
En el caso de la Virgen de Cocharcas, esta relación se hace evidente en la coincidencia de la época de celebración de la festividad, durante la primera quincena de septiembre, que es un periodo importante para el calendario campesino pues está culminando la época seca y se espera la llegada de las lluvias y la consiguiente fertilización de las cementeras.
De otro lado, es una fecha significativa para los cristianos pues se recuerda la natividad de la Virgen María. Ambas tradiciones, la campesina y la cristiana, son parte fundamental de la vida cotidiana de los sapallanguinos, por lo que esta festividad es representativa de su identidad.
Una de las principales características de la fiesta es la presencia de numerosas danzas tradicionales con las que se rinde culto a la Virgen. Entre ellas tenemos el Apu inca, en la que participan adultos, hombres y mujeres, que forman dos grupos principales: la corte incaica y la comitiva de españoles.
De otro lado, tenemos a la Ccoya o Koya, exclusiva para mujeres y usualmente se realiza como una promesa a la Virgen por algún favor concedido. Otra danza es el Carachaqui o ccalachaqui, en la que participa un conjunto de niños bailarines que, descalzos, alaban a la Virgen todos los días de la fiesta.
Un lugar muy importante en esta fiesta tienen las danzas denominadas la Negrería o Pandillada de negros y la Chonguinada, ambas danzas emblemáticas del Valle del Mantaro.
Es así como esta fiesta se convierte en un espacio de intercambio y reciprocidad que fortalece las relaciones sociales entre los miembros de la comunidad. Es además, una fiesta producto de la confluencia de diversas tradiciones andinas y europeas, que mantienen su vigencia hasta nuestros días.
Esta declaratoria se enmarca dentro de la labor que realiza el Ministerio de Cultura de registro, promoción y difusión del patrimonio cultural y, en concordancia con las atribuciones que le confiere la Ley Nº 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, así como con la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (UNESCO).


1 comentario: